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LUNES
DE LA SEMANA I
TERCIA,
SEXTA,
NONA
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V.
Dios mío, ven en mi auxilio.
R.
Señor,
date prisa en socorrerme.
Gloria
al Padre, y
al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Aleluya.
HIMNO
Nada
te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
sólo Dios basta.
Gloria a Dios Padre,
gloria a Dios Hijo,
igual por siempre
gloria al Espíritu. Amén.
SALMODIA
Ant.
l.
La ley del Señor alegra el corazón da luz a los ojos.
SALMO
18B
Himno a Dios, autor de la ley
Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5,48)
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.
La
voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.
Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.
Aunque
tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta.
Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
La ley del Señor alegra el corazón y da luz a los ojos.
Ant.
2.
Se levantará el Señor para juzgar a los pueblos con justicia.
Salmo
7
Oración del justo calumniado
Mirad
que el juez está ya a la puerta (St 5, 9).
I
Señor, Dios mío, a ti me acojo,
líbrame de mis perseguidores y sálvame,
que no me atrapen como leones
y me desgarren sin remedio.
Señor, Dios mío: si soy culpable,
si hay crímenes en mis manos,
si he causado daño a mi amigo,
si he protegido a un opresor injusto,
que el enemigo me persiga y me alcance,
que me pisotee vivo por tierra,
apretando mi vientre contra el polvo.
Levántate, Señor, con tu ira,
álzate con furor contra mis adversarios,
acude, Dios mío, a defenderme
en el juicio que has convocado.
Que
te rodee la asamblea de las naciones,
y pon tu asiento en lo más alto de ella.
El Señor es juez de los pueblos.
Júzgame,
Señor, según mi justicia,
según la inocencia que hay en mí.
Cese
la maldad de los culpables,
y apoya tú al inocente,
tú que sondeas el
corazón y las entrañas,
tú, el Dios justo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Se levantará el Señor para juzgar a los pueblos con justicia.
Ant.
3.
Dios es un juez que salva a los rectos de corazón.
II
Mi escudo es Dios,
que salva a los rectos de corazón.
Dios es un juez justo,
Dios amenaza cada día:
si no se convierten, afilará su espada,
tensará el arco y apuntará.
Apunta sus armas mortíferas,
prepara sus flechas incendiarias.
Mirad: concibió el crimen, está preñado de maldad,
y da a luz el engaño.
Cavó y ahondó una fosa,
caiga en la fosa que hizo;
recaiga su maldad sobre su cabeza,
baje su violencia sobre su cráneo.
Yo
daré gracias al Señor por su justicia,
tañendo para el nombre del Señor Altísimo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Dios es un juez que salva a los rectos de corazón.
TERCIA
LECTURA
BREVE
Rm
13,8. 10
A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama tiene cumplido el
resto de la ley. Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es
cumplir la ley entera.
V.
No rechaces a tu siervo, que tú eres mi auxilio.
R.
No me abandones, Dios de mi salvación.
ORACIÓN
Oh Dios, Padre lleno de bondad, tú has querido que los hombres trabajáramos
de tal forma que, cooperando unos con otros, alcanzáramos éxitos cada vez
más logrados; ayúdanos, pues, a vivir en medio de nuestros trabajos sintiéndonos
siempre hijos tuyos y hermanos de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
SEXTA
LECTURA
BREVE
St
1, 19-20.
26
Sed todos prontos para escuchar, lentos para hablar y lentos para la ira.
Porque
la ira del hombre no produce la justicia que Dios quiere. Hay quien se cree
religioso y no tiene a raya su lengua; pero se engaña, su religión es vacía.
V.
Bendigo al Señor en todo momento.
R.
Su alabanza está siempre en mi boca.
ORACIÓN
Señor, tu eres el dueño de la viña y de los sembrados, tú el que repartes
las tareas y distribuyes el justo salario a los trabajadores; ayúdanos a
soportar el peso del día y el calor de la jornada sin quejarnos nunca de
tus planes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
NONA
LECTURA
BREVE
1P
1, 17-19
Tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Ya sabéis con qué os
rescataron: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la
sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha.
V.
Sálvame, Señor, ten misericordia de mí.
R.
En la asamblea bendeciré al Señor.
ORACIÓN
Tú nos has convocado, Señor, en tu presencia en aquella misma hora en que
los apóstoles subían al templo para la oracíon de la tarde; concédenos
que las súplicas que ahora te dirigimos en nombre de Jesús, tu Hijo,
alcancen la salvación a cuantos invocan este nombre.
Por
Jesucristo, nuestro Señor.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos
al
Señor.
R.
Demos
gracias a Dios.