La Imagen del día
Un viejo amigo, intelectual, viajero infatigable y que pasó haciendo el
bien tenía la sana costumbre de enviar postales a sus amigos desde
todos los puntos de Europa a donde iba: siempre escogía postales de la
Virgen o el Patrono de cada lugar.
Sus amigos le
correspondían de la misma manera de tal forma que nuestro amigo tenía
una hermosa colección en la cajonera de su mesa de trabajo. Todos los
días, al comenzar a trabajar escogía una imagen al azar, la ponía en
sitio visible y se encomendaba a ella.
Desde
aquí queremos generalizar y perpetuar esta bonita costumbre de tal forma
que todas aquellas personas que así lo quieran, recibirán diariamente
una imagen religiosa, junto a la Lectio Divina, a la que se podrán encomendar guardándola en su
ordenador convirtiendo esta herramienta de trabajo en el "rincón de
oración" para estar "en lo secreto" ante nuestro Padre (cf Mt 6, 6).
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